Los juguetes ya no son lo que eran antes, de lo cual no me quejo ni me incomoda, ahora que tengo un hijo me doy cuenta de la evolución de estos, como por ejemplo en el nivel preescolar se han unido con la tecnología de una forma excelsa.
Pero actualmente en el rango en el que los niños van a la primaria (entre 5 y 12 años) tengo mi objeción ya que en este periodo hay juguetes que ya han perdido tanto la fuerza como el interés de los niños. Y cabe aclarar que no me estoy quejando o diciendo que es malo, pero los juguetes como el yoyo, el trompo o las canicas por ejemplo, están pasando por su etapa de extinción.
Acepto que era malísimo para el trompo (que siempre lo bailaba de cabeza), las canicas, la matatena, los tazos, etc. Para lo que si era bueno era para el yoyo y tenia un Duncan negro. Ya que en mis tiempos tener, ya sea una canica, trompo o yoyo negros te transformaba automáticamente en un master.
Una de las cosas curiosas y que mis amigos mas allegados me lo han comentado mucho y es motivo de carrilla, es la minuciosidad de mi madre para mantener vivos muchos de mis juguetes de antaños, ya que por lo general para comprarme un juguete tenia que gustarle a ella de lo contrario no estaría en la casa. Después de que se me pasaba fiebre de jugar con ellos,mi madre pegaba las articulaciones de los juguetes con Kola Loka y los ponía en un mueble. Aun ahora en la casa existe un esquinero con muchas figuras y aquí les dejo la prueba.
Perdonen el polvo pero no había sacudido.
Los juguetes que no quedaron en mueble los guardo en una maleta y ahora que mi hijo esta mas grande son de su propiedad, en uno de sus juegos saco esto.
Un carrito de fricción (que también están en peligro de extinción) estilo NASCAR que me lo regalo un cabrón viejo amigo que se llama Gerardo, si no me equivoco me lo regalo en quinto de primaria, cumplía 10 años y nos acompaño en la celebración uno de sus primeros amores si no me equivoco era Bety. Definitivamente mi hijo se llevo esa tarde con esto. Y para finalizar mi madre me dejo un poco de esa curiosidad por coleccionar figuras que me llaman la atención.
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