miércoles, 18 de junio de 2014

Mi tío Saramago...


Hoy seré breve, hace unos ayeres, un amigo me empujo a leer Las intermitencias de la muerte. Por alguna extraña razón fui y lo compre, no lo baje pirata ni nada por el estilo. De ahí nació un gusto por el autor de ese libro Jose Saramago. Hoy cumple 4 años de haberse ido a la tierra por que a ella pertenecía. 

Si hay un gusto especial por este autor y el porque lo autodenomino mi tío es porque tiene un causa especial. Después de tener mi accidente en la pierna. yo tenia pendiente la entrega de uno de sus libros el cual había causa de polémica y de nombrarlo blasfemo, hablo del libro El evangelio según Jesucristo. Después del largo mes y medio que pase en el hospital y llegue a casa me dedique a leer ese libro. Antes de hacerlo para por una pseudo etapa depresiva en la que analizaba mi vida y la razón por la cual me había pasado ese accidente a mi, al no estar coludido con malas personas, ni de drogas, ni de parecido. 

Y después de tanto preguntármelo y mientras leía el libro vino a mi la respuesta. 

"Con el paso del tiempo, llegaron más o menos a habituarse, pero el mayor, porque  algo, aunque todavía no un sueño, le asustaba en medio de su propio dormir, se  despertaba siempre, al principio todavía preguntaba a su madre, Qué le pasa al padre, y  ella respondía como quien no le da importancia, Son pesadillas, no podía decirle al hijo,  Tu padre está soñando que iba con los soldados de Herodes por el camino de Belén, Qué Herodes,El padre de éste que nos gobierna, Y por eso gemía y gritaba, Por eso era, No entiendo que ser soldado de un rey que ya murió traiga pesadillas, Tu padre nunca fue soldado de Herodes, su oficio fue siempre el de carpintero, Entonces por qué sueña eso, Uno no puede elegir los sueños que tiene, Son los sueños los que eligen a las personas, Nunca se lo he oído decir a nadie, pero así debe de ser, Y por qué esos gritos, madre, por qué esos gemidos, Es que tu padre sueña todas las noches que va a matarte. Claro está que María no podía llegar a tales extremos, revelar la causa de la pesadilla de su marido, precisamente a quien tenía en esa pesadilla, como Isaac, hijo de Abraham, el papel de víctima nunca consumada, pero condenada inexorablemente. Un día, Jesús, en una ocasión en que estaba ayudando a su padre a ajustar una puerta, se vio con ánimos suficientes y le hizo la pregunta, y él, tras un silencio demorado, sin levantar los ojos, dijo sólo esto, Hijo mío, ya conoces tus deberes y obligaciones, cúmplelos todos y encontrarás justificación ante Dios, pero cuida también de buscar en tu alma qué deberes y qué obligaciones tendrás además que no te hayan sido enseñados, Ese es tu sueño, padre, No, es sólo su motivo, haber olvidado un día un deber, o todavía peor, Peor, cómo, No pensé, Y el sueño, El sueño es el pensamiento que no fue pensado cuando debía y ahora lo tengo conmigo todas las noches, no puedo olvidarlo, Y qué era lo que debías haber pensado, Ni tú puedes hacerme todas las preguntas, ni yo puedo darte todas las respuestas. Estaban trabajando en el patio, en una sombra, porque el tiempo era de verano y el sol quemaba."

Y así fue como me libere de ese pesar que me consumía; ya que  no puedo hacer todas las preguntas ni el puede darme todas las respuestas...