Como toda las historias navideñas, esta empieza también con un "erase una vez"...
Erase una vez un niño de una familia modesta que no vivía de lujos pero nunca les hacia falta nada, su nombre era Isaac, tenia dos hermanos mas pequeños que él.
Su familia acostumbraba salir de viaje en las épocas decembrinas a visitar a toda la familia, la cual vivía en otro estado. Isaac era una persona tímida y un poco recluida, su grupo de compañeros era realmente pequeño pero no se podía decir que fuera un niño triste, al contrario siempre reía a la mas mínima provocación.
Mas sin embargo el carácter que le habían forjado sus padres (por medio de la sobreprotección) hacían de Isaac inseguro y su método de protección era el llanto. Las navidades para el eran las mejores épocas del año el reencuentro con sus primos, salir de la casa de los abuelos a las 9 de la mañana y no regresar hasta las 2 a comer y de ahí volverse a escapar y no regresar hasta las 9 de la noche o mas tarde, a veces golpeados, sucios o muertos de hambre, pero eran como una manada salían los 3 y la única manera de regresar era juntos. La noche de 24 de diciembre siempre se dedicaban a esperar hasta el primer minuto del 25 de diciembre para abrir los regalos en presencia de toda la familia...
Y a pesar de que Isaac y su familia siempre salían de viaje el árbol navideño nunca faltaba en su casa, siempre para el primero de diciembre ya estaba el árbol en casa y la felicidad irradiaba a Isaac. Pero todo eso cambio el ultimo diciembre en el que cursaba el la secundaria. Ese diciembre no habría viaje para visitar a su familia y ya era el 10 de ese mes tan especial y no había rastros de un árbol de navidad. Sorpresivamente la mamá de Isaac se fue el 23 de diciembre dejando a cargo a Isaac de sus dos hermanos pequeños, sin malicia alguna los pequeños pasaron solos hasta el 26 de diciembre. A como pudo Isaac hizo una cena especial y sacaron los regalos de sus hermanos, por primera vez Isaac no tenia regalos, lo cual le desagradaba pero sabia que la entrada a la pubertad venia acompañada de ausencia de regalos navideños.
La sorpresa vino cuando regreso su mamá, el papá de Isaac había tomado la decisión de dejarlos de una manera poco ortodoxa, eso le dolió mucho al ya casi joven de Isaac. La decisión estaba tomada y era mejor regresar con el resto de la familia que estar apartados de ella y solo con una mamá como pilar. Isaac se preguntaba muchas veces a el mismo si el tenia la culpa de algo. De ahí en adelante ya no hubo mas navidad para él, esas fechas se volvieron insípidas y nunca mas hubo un árbol navideño en su casa de nuevo.
Isaac creía que nunca mas volvería haber un árbol y que disfrutaría las épocas navideñas. Su vida continuo y su carácter ya era duro y seco. Pero como todo la vida da vueltas y a pesar de lo que Isaac tenia planeado, tuvo un hijo y los primeros 3 años de vida de su pequeño la navidad siguió en las mismas no arboles, no espíritu navideño, mas sin embargo su niño creció y los niños vienen de fabrica con un espíritu navideño y el primero de diciembre le pregunto a Isaac que si cuando iban a poner árbol de Navidad en su casa, a lo cual Isaac solo pudo sonreír con un nudo en la garganta. A final de cuentas el pasado era pasado, e Isaac nunca iba abandonar a su hijo, así que simplemente subió a su hijo al carro y fueron por árbol y todos los aditamentos necesarios para poner por primera vez en los de 15 años un árbol de navidad en casa.
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